Del cual se dice incluso que la gente llenaba el estadio por el reclamo de verle en acción, por lo que empezó la leyenda de que gracias a él se pudo acometer la construcción de la nueva tribuna que se inauguraría dos años después. Los años 60 empezaron con una irregular temporada a las órdenes del técnico Domingo Balmanya y con Vicente Iborra Gil como presidente, aunque se mejoró durante la segunda vuelta y se terminó en quinta posición.