No es un jugador prolífico en el aspecto goleador pero ya el pasado curso le dio al Girona tres tantos, dos en la liga regular y uno, trascendental, en el duelo que le dio el ascenso a su equipo ante el Tenerife. El club había adquirido estos terrenos con división de opiniones en 1974, bajo la presidencia de Francisco Ros Casares, pero el tiempo demostró que fue todo un acierto.