Los aragoneses se pusieron por delante, pero el Dépor empató y a poco del final, Djalminha hizo el dos a uno. Quedaban dos jornadas, el Dépor jugaba en Santander, y una victoria le valía para ser campeón. Con la emoción, olvidó que tenía una amarilla y recibió la segunda tras quitarse la camiseta en la celebración. Este mismo firmó un contrato por dos años obteniendo así una oferta de 80.000.000 de dólares, siendo el futbolista mejor pagado dentro del mundo futbolístico.