La ciudad deportiva dispone de una residencia para las jóvenes promesas de la cantera que vienen de cualquier parte del mundo, pero sobre todo de los alrededores y comarcas cercanas. Se trata de una zona en expansión en la que también se ubica el Palacio de los Juegos Mediterráneos. Con una crítica situación económica, el verano de 1984 Salvador Dasí Martínez, presidente de la comisión deportiva, directivo del club y amigo personal de Kempes, le comunicaba con lágrimas en los ojos que no seguiría en el club.